Rotamat R 60

El prinzipio

Las piezas giran unas sobre otras dentro del tambor giratorio. Al hacerlo se mezclan intensivamente y llegan una y otra vez con diferente orientación a la zona de la boquilla de pulverización, lo que garantiza un grosor de capa uniforme.

La forma especial del tambor y el número de revoluciones ajustable garantizan el giro y mezclado óptimo de las piezas. La inclinación del tambor puede regularse gradualmente y adaptarse así a las más variadas geometrías de las piezas. Los ángulos de inclinación ideales para los diferentes procesos se determinan en pruebas previas específicas para cada aplicación y se guardan como parámetros en la máquina.

Los tambores de diferentes tamaños pueden intercambiarse con facilidad. El Rotamat puede adaptarse fácilmente a diferentes procesos o tamaños de lote. Opcionalmente los tambores se suministran con un revestimiento 3S. También existe la opción de un revestimiento antiadherente de la parte interior de la cubierta y de la carcasa del tambor.

Una vez que el proceso de recubrimiento ha concluido, el tambor se inclina mediante un motor y las piezas caen al exterior y quedan disponibles para su tratamiento posterior.

Aplicación uniforme

En el interior del tambor en rotación del Rotamat hay un sistema pulverizador que aplica el barniz sobre las piezas. Opcionalmente la máquina puede equiparse con dos sistemas de pulverización. Esta opción resulta conveniente, por ejemplo, cuando una pieza debe recubrirse consecutivamente con dos recubrimientos diferentes (base y acabado, imprimación y cubierta).

Los robots pulverizadores HVLP utilizados para los Rotamat reducen la niebla de pulverización y minimizan el overspray.

A través de la ventana el operador puede seguir perfectamente el proceso de recubrimiento. La parte interior del tambor está iluminada por LED con protección EX.

Temperatura óptima

Durante el proceso de recubrimiento se introduce aire filtrado y precalentado en el tambor de pulverización para calentar las piezas pequeñas en masa hasta la temperatura necesaria según el material, la geometría y el tipo de pieza y según el material de recubrimiento. Un sensor IR mide permanentemente la temperatura de las piezas y regula la temperatura del aire de entrada en correspondencia.

De ese modo se consigue un recubrimiento homogéneo de la superficie. Por otro lado, el material de recubrimiento se une fuertemente al material portador y se seca rápidamente sobre la pieza dentro del propio proceso. El secado posterior en un horno es, por lo tanto, innecesario.